Las palabras no las encuentro, divagan en mi mente sin cansarce, sólo divagn, sin detenerse a descansar, noche y día, todo el tiempo ahí dando vueltas... no sé como ponerlas en orden, no sé como detenerlas para así saber que hacer en el momento justo.
Me sentí como un juguete de usar y tirar, el cual solo sirve para eso, para "eso"... como aquella persona, que buscas cuando tienes tus necesidades, cuando necesitas controlarlas, y sólo es con ella, con quien sabes podras saciarlas... claramente, como una prostituta, por la cual no debes pagar, porque sabes que recibiras servicios gratis, por ser cliente habitual.
No te importa el como se sienta la persona, sólo te interesa que te entreguen satisfacción, que tus deseos los puedan apagar, aquella llamarada con la cual llegaste, sera bien apagada, porque ella sabe tratarte, sabe que si lo hace, te hara feliz, te dejara conforme, y tranquilo. Pero no te detienes a pensar que tal vez ella piensa que lo que esta haciendo, es porque la ves no como TÚ prostituta, sino que como aquella mujer a la cual quieres, y buscas porque quieres de corazón, y no porque es a quien tu pene quiere y necesita.
Que diablos sucede con los hombres, creen que las mujeres se encuentran en una estanteria de un almacen barato, que siempre se encuentra en oferta, "llegar y llevar", creen que las mujeres siempre se encuentran disponibles para satisfacer las necesidades de su pene, creen que las mujeres piensan y sienten como ellos, como una maquina de deseo sexual, no se les ocurre que las mujeres sentimos, queremos, soñamos con el amor de verdad, con el dar y recibir, y sentimos el sexo como un acto de amor, un acto que se realiza con el hombre que queremos y al cual le queremos entregar nuestra "flor", y no que vemos el sexo, como el entregarnos a un tipo cualquiera, que se te acerca y te dice; "tengo ganas, ¡¿vamos?!"... no las cosas para las mujeres, son muy distintas, que lo que lo son para los hombres.
Hombres, controlen a su amiguito, de verdad, o por lo menos si no son capaces de hacerlo, amarren su lengua, y no ofrezcan proposiciones poco honrosas... sean caballeros, como antes solian existir, sepan leer el pensar de una mujer, y no sean unos malditos animales que sólo buscan a la mas cercana y tonta para satisfacer a su pene, y luego se van de rodillas, en busca de quienes en verdad aman, porque no se dan cuenta, que esos sentimientos verdaderos y puros que sienten por alguien, aquella mujer a la cual acaban de ultrajar, tambien sentia lo mismo por ustedes... ¡Dejen de ser unas bestias sexuales!.